María Laura tiene 36 años y vivió toda su infancia y adolescencia en Santa Fé. Su mamá, enfermera de profesión, la crió sola ya que su padre la abandonó cuando era muy chica. Al terminar la secundaria y para ayudar a su familia, trabajó en un frigorífico, en una biblioteca y también como recepcionista.

A los 26 años renunció al trabajo que tenía como portera en un colegio y dejó todo por amor: se puso de novia con Oscar y vino a vivir a Buenos Aires. Acá consiguió trabajo en una rotisería de Villa Crespo, donde empezó haciendo las tareas de limpieza y terminó encargándose del local y la cocina.  

Al poco tiempo, su pareja recibía una propuesta laboral en Neuquén y decidieron probar suerte en el sur del país. Allí aprovechó para seguir sumando experiencia trabajando en un restaurant y con un emprendimiento de viandas vegetarianas. Sin embargo, no lograron adaptarse, vendieron todo lo que tenían y regresaron a Buenos Aires junto a Luciano, su primer hijo.

Esta nueva etapa la encontró con una gran dificultad: repartía CV y le costaba encontrar trabajo. Fue ahí donde su esposo, al ver una publicidad en Facebook de Expo Empleo, le propuso registrarse y asistir juntos en busca de una oportunidad. Fueron a La Rural, visitaron todos los stands, se postularon a diferentes búsquedas y a los pocos días tenía una entrevista en la clínica Santa Catalina.

Después de atravesar varias etapas de evaluación, la contrataron como mucama de piso y se prepara para empezar a estudiar la Tecnicatura en Farmacia, carrera que le permitirá seguir creciendo profesionalmente.